Bien sabido es lo poco que se lee en este país. Hay quien lo achaca a unas razones, hay quien lo achaca a otras, pero lo cierto es que ninguna de estas razones se acercan a la verdadera: la relación entre los humanos y las minúsculas está marcada por la fatalidad de un amor imposible, el de quienes nunca se encuentran.
He aquí el escollo: hay que ser minúsculo para encontrarse con el par literal. Hay que ser tan pequeño e insignificante como lo son ellas; para la mayoría de los humanos esto significa que hay que ser niño o anciano.
El caso es que los niños todavía no saben leer, mientras que en la vejez ya no se tiene la vista suficiente como para distinguir a las pequeñas ni aun con cuatro pares de gafas sobrepuestas.
En cambio, cuando ya sabemos leer y disfrutamos de una buena vista, son otros los intereses que nos guían: los intereses mayúsculos. Apenas nos queda tiempo para prestar atención a lo que digan las pequeñas. Priman los formularios y los informes, escritos siempre en mayúscula.
De ahí que se lea tan poco, de ahí que este amor sea imposible.
Nota mental: voy a leer mucho ahora, para cuando ya no pueda ver a estas locuelas.
Eso es lo que me digo yo siempre. Ahora debe ser mucho.
ResponderEliminarCada vez veo las letras a mayor distancia. Tendré que darme prisa,leer cada vez más literatura, que los formularios encorsetados no nos ganen la partida, un abrazo
ResponderEliminarMe sumo a lo que dices de leer cuanto pueda, porque yo no tengo que separar los textos pero porque ya llevo las gafas desde hace unos cuantos años y dentro de un tiempo puede que vengan las cataratas y que luego esté cansada o se me nuble la vista...
ResponderEliminarSí, ya mismo, y sin ningún esfuerzo porque me encanta.
Besitosss
No saben lo que se pierden.
ResponderEliminarLos formularios y los informes son previsibles y aburridos.
En cambio un buen libro lleno de sus minúsculas... (bueno, y alguna mayúscula, vale)
Abrazo grande, aminúsculA
Sí, hace falta sobre todo abertura de mente, saber abrirse a otros mundos, a otras formas de pensar, dejarse llevar por la fantasía, dejar atrás el yo y saber ser otro... hay quienes no quieren renunciar ni unas horas a esto..
ResponderEliminarCarpe diem, amb lectures i altres plaers.
ResponderEliminarDintel, sí, ahora, ha de ser ahora y mucho. Por si las moscas ;)
ResponderEliminarRosana, a mí también me cuesta más. Con gafas, la distancia se acorta de nuevo, así que tenemos unas décadas por delante todavía. Un abrazo
Luz, ay... sí, mejor ni pensar en lo que está por venir, en la cataratas y todo eso. Por favor, que para entonces hayan inventado nuevas formas de leer, nuevos artilugios, para que podamos seguir con las pequeñas. Un bessso
Almena, ¿será esta misma previsibilidad lo que tanto atrae? Un beso, almenA
Ico, por esto mismo son los niños y los ancianos quienes más entienden lo que las minúsculas cuentan.
Pep, sí, placeres como viajar en la bicicleta mágica que tiene el poder de hacerte invisible.
Por eso uno tiene que parar a veces y empezar a vivir un poco... minuscularizarse... y disfrutar de lo simple, que es lo realmente importante... A LA M.... LAS MAYÚSCULAS
ResponderEliminar¿...Y no crees que quizás los jíbaros podrían echar una mano para reducir la mayusculidad humana? Todo sea por hacer que este amor llegue a ser posible...
ResponderEliminarAlejandra, lamentablemente las mayúsculas son necesarias para una correcta escritura (y para que no ande todo patas arriba).
ResponderEliminarMercedes, la mayusculez humana no tiene cura, imposible reducirla. Por suerte tampoco tiene cura la minusculez humana :)
Tus ideas para describir a las aminus, son despreciativas, un día de estos te van a hacer un piquete en la puerta de tu casa. ´Sabés que es un piquete?
ResponderEliminarEn Argentina, son corrientes, si no te gusta algo de un tipo o tipa, se planta un grupete en la puerta de su casa y lo insultan, le pintan las paredes y producen todo el daño posible, eso lo llaman libertad de expresión, y no te quejes porque te llaman fascista.
mariarosa
Jajaja! Mariarosa, me has asustado, de pronto me he imaginado a las minúsculas no ya en la puerta de casa, sino dentro, saliéndose de los libros y subiéndoseme por las piernas en una manifestación de protesta...
ResponderEliminarMenos mal que las minúsculas no pican ni muerden, jajaja.
Jajaja.... tu imaginación es peor que la mía...
ResponderEliminarun beso y en paz.
mariarosa
¡se me olvidó dedicártela!
ResponderEliminarerror corregido
muas!
Cuánta razón tienes, como siempre, aMI. Son los intereses mayúsculos los que nos alejan del disfrute, no sólo de la lectura, en general, sino de la misma Vida. Mierda de mayusculez.
ResponderEliminarMariaroa, pues has conseguido aterrorizarme, jajaja. Un beso
ResponderEliminarAlmena... ay, gracias, gracias, gracias.
Mármara, ya se sabe, money makes the world go around. Y a ver cómo te bajas de esto, porque por mucho que sacrifiques, siempre queda algo de mayusculez ahí.