Ya se ha dicho antes aquí que las minúsculas aman las letras, pero tengo que detallar de qué manera se produce el amor en el caso de estas pequeñas.
Cuando dos minúsculas se conocen, ocurre igualito que en el caso de los humanos: se encuentran, se ven y ¡zas! quedan enamoradas. La principal diferencia entre humanos y minúsculas es que éstas últimas en realidad no "miran" a la otra letrita, sino que la leen. ¿Qué otra cosa puede hacerse cuando se tiene una minúscula delante? Hay estudios que demuestran que a las letras no se las puede mirar sin más, siempre se las lee, tanto si se tiene la voluntad de hacerlo como si no. Puesto que incluso el poderosísimo cerebro de los humanos es vulnerable a estos misteriosos encantos ¿cómo va a evitarlo una simple cabecita de minúscula?
Así pues, las minúsculas no se miran, se leen. Y es de este modo, leyéndose las unas a las otras, como se enamoran las pequeñas.
Si los humanos nos leyéramos, aunque eso no sea tan fácil porque no es una lectura de signos sino de corazones, veríamos el fondo en lugar de quedarnos con la forma o con lo externo; llegaríamos a la verdad del otro y se evitarían muchos fracasos.
ResponderEliminarBesitosss, ami
Ah, Luz, pero no sé si los humanos somos legibles más que cada cual para sí mismo, en el mejor de los casos y en tiempos de calma.
ResponderEliminarMuchos besitosss
Es que en la escritura ponemos lo más hermoso de nosotros, destilamos el alma y la sensibilidad que la vista oculta.
ResponderEliminarSi las minúsculas se enamoran leyendo a la letra que tienen frente a sí... también tienen desengaños amorosos?
ResponderEliminarbesitos
Así es, Ico, es la escritura dejamos lo mejor de nosotros, sin interferencias de nuestras pequeñeces humanas. Y nuestras letras quedan prendadas.
ResponderEliminarPena Mexicana, si se leen bien la una a la otra, en principio puede funcionar, a menos que lean su propio reflejo en una pompa de jabón (ahí no hay quien se salve). Se conocen casos de muchas minúsculas que han formado sílaba o diptongo de por vida, pero también es cierto que a libro cerrado pasan muchas cosas.
la minúsculas leemos, escribimos y sentimos entre lineas..y nos quedamos suspendidas en los roces y los intentos
ResponderEliminarEstoy segura de que se leen, pero no me digas que no se sienten también atraídas por, por ejemplo, las sugerentes redondeces de una "a"...
ResponderEliminarEvadir-se, ay, los intentos... quedarse suspendido en ellos es terrible.
ResponderEliminarMercedes, claro, todo lo que dices es cierto. Aunque, más que por las redondeces (si así fuera las eles no se comerían una rosca), se sienten atraídas por una determinada tipografía y aquí, para gustos los colores. Algunas minúsculas prefieren la letra manuscrita, otras son más de tipografía estándar y hay otras que son muy rebuscadas en sus gustos. También el contexto influye mucho, porque no es lo mismo conocerse en una factura del gas que en una novela romántica donde todo parece llevar a lo mismo y no hay modo de escapar. Sí, son muchos los factores que intervienen en esta cosa del amor minuscular.
Hola, a.
ResponderEliminarMe gustó mucho la idea de que las letras minúsculas leen a sus vecinas y así se enamoran de ellas. Me pareció que no es muy distinto de las parejas humanas, donde cada uno intenta leer el libro que es el otro. Parece una cosa fácil, pero no lo es, a veces crees que el otro está escrito en tu mismo idioma, y no es así, o no te das cuenta de que tiene un montón de notas a pie de página, en letra diminuta.
Me pareció una buena comparación, la verdad.
Gracias, Fernando. A mí me gusta lo que dices de las notas al pie de página, así es y a veces una se pierde.
ResponderEliminarEs interesante todo lo que decís; desde luego, si nos leyéramos más, en vez de contentarnos sólo con mirarlos, quizá nos fuera mejor. O no, quién sabe. Las minúsculas se leen lo que se ven; nosotros tendríamos también que leer lo que no se ve...
ResponderEliminarAh índigo, ahí esté lo complicado, cuando se lee demasiado. Qué difícil encontrar el punto medio!
ResponderEliminarIgualmente, también es cierto que no todas leen de la misma manera, la o, sin ir más lejos, lee con entonación de asombro.
ResponderEliminarUn besoooooooo.
Entonces, soy minuscula y ando enamorada.
ResponderEliminarCarlos, has dado en el clavo, la o-s son las letras más enamoradizas y bobas que hay. Es bochornoso verlas siempre tan asombradas, ya sea por otra letra, ya sea por un viejo cordón de zapato, ya sea por una hormiga. Vergüenza ajena.
ResponderEliminarUn beso (el tuyo tiene muchas o-s, ten cuidado).
Dintel, cuánto lamento leerlo: ninguna de las dos cosas (minúscula y enamorada) forman parte de lo que se podría considerar progresar. Oh...
Me dieron ganas de saber más sobre esos estudios.
ResponderEliminarLas minúsculas,¿se enamoran a primera lectura?
Besos.
Bueno, Máximo, los estudios al respecto son contradictorios. Mi opinión personal es que sí, se enamoran a primera lectura, aunque ellas no son conscientes. En lo que sí están de acuerdo todas las investigaciones es en que, una vez enamoradas, a las minúsculas lo que más les gusta es escribir juntas en un mismo texto.
ResponderEliminarBesos
Cada texto es mejor que el anterior. ¿Cuándo rompen relaciones, se enojan? ¿se insultan como algunos humanos?
ResponderEliminarMe he quedado procupada con este tema.
Un beso.
mariarosa
Mariarosa, no hay de qué preocuparse, las minúsculas son tan discretas, que aún estando apasionadamente enfadadas, ofendidas o dolidas, jamás dirán una palabra hiriente a otra minúscula. No lo hacen tampoco con las mayúsculas ni mucho menos con las vírgulas o los puntos.
ResponderEliminarSon muy pacíficas las pequeñas. Y también son bobas: luego se despistan con cualquier otra nueva pasión y ya ni tiempo tienen de acordarse de su enfado.
Un beso
Es la belleza de lo sencillo, de lo mínimo... me encantó
ResponderEliminarMuchas gracias, J.F, espero que sigas pasando por aquí.
ResponderEliminarNuevamente me siento complacido de leerte
ResponderEliminarNuevamente, te lo agradezco :)
ResponderEliminarTe visitaré a la vuelta de esta pequeña pausa bloguera que me tomo.
¡Qué bonito, aMi, qué bonito. Coincido, minúscula a minúscula, con lo que dice Luz: si nos leyéramos, en vez de mirarnos de soslayo, otro gallo nos cantaría.
ResponderEliminarMis mejores deseos para estas vacaciones.
Besinos.
Ah, si fueramos legibles...
ResponderEliminarGracias, Mármara, volveré pronto, muy pronto. Buen veranito a ti también.
Gracias por compartir. Descansa y espero que nos regales a la vuelta con un libro de cuentos
ResponderEliminarUn abrazo
Ah, Rosana, ojalá a la vuelta de vacaciones pudiera tenerlo editado. Necesitaré muchas fuerzas para esto. Gracias!
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado tu blog en cuanto al diseño y su contenido. Espero que vuelvas pronto de esas vacaciones.
ResponderEliminarSaludos,
Sara.
Sara, ya queda muy poquito para volver. Gracias por pasar por aquí, yo te visitaré a la vuelta.
ResponderEliminarSaludos
Creo que las minusculas tienen mucho que enseñar al resto del mundo:)
ResponderEliminarPor cierto ...
Con permiso....
Si te gusta el cine,leer tu libro favorito tumbado en la cama,
escuchar siempre música de fondo o la fotografía,...
Creo que te podría gustar mi blog:)
www.frasesdepeliculaslibrosymas.blogspot.com
Te invito a que me agregues a tus favoritos! Besos
Circulopolar, lo malo es que las minúsculas son malas profesoras, tan invisibles y pequeñitas ellas.
ResponderEliminarTe visitaré en breve. Un beso
¡¡¡Felices vacaciones!!!
ResponderEliminarManda un poquito de ese calorcito para Buenos Aires.
besos.
mariarosa
Me ha gustado tu/vuestro texto y el comentario de todos tus amigos. Coincido con la mayoría, si leer es interpretar un texto entiendo los signos, es una suerte que estas minúsculas puedan llegar a esa comprensión y lucidez, descifrando la música y convirtiéndolos en sonidos. Un placer leeros.
ResponderEliminarSaludos.
Mariarosa, gracias! Ya vuelvo, aunque mis vacaciones oficiales empiezan ahora. Las bolgvacaciones, en cambio, acaban ya.
ResponderEliminar¿Te mando mejor un muchito de calor? Ya he visto en las noticias que ahí lo estáis pasando mal este invierno, así que yo creo que con 10ºC que envíe todos estaremos mejor. Trato hecho.
Un beso!
Lemaki, ¿qué sería de éste blog sin los valiosos comentarios? Gracias.
Saludos
Mirarse y leerse es la clave del aMOR GRaNDE, tanto para humanos, como para letras, de todos los tamaños. :]
ResponderEliminar¡Hermosa historia de aMOR!
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Ay, una que se pone sensiblera con el veranito, Hector.
ResponderEliminarUn abrazo
AAAH, por lo que veo las minúsculas tienen "mayúsculas" vacaciones. :)
ResponderEliminarSigue disfrutando.
Un beso.
Gracias, Carlos! Lo haré, disfrutaré a todas horas... y además pronto volveré a la carga para disfrutar aquí también.
ResponderEliminarUn beso
Uops, creo que he llegado en un momento de ociosidad :)....
ResponderEliminarY sip, tendríamos que ser un poco más minúsculos, y no creernos tan GIGANTES e invencibles, porque son de las cosas pequeñas de lo que está hecha la vida, y véase el caso de estas letrillas diminutas y minúsculas, porque ellas sí que saben!
Como siempre tus textos radian originalidad por los cuatro costados!
Muchas gracias, Victoria.
ResponderEliminarPero ¿sabes? no es tan fácil estar a la altura de una minúscula.
Igual también existe el amor escrito a primera vista... Quizás también por la escritura nos podamos enamorar... Sólo quizás, no seamos tan distintos que esas locas minúsculas
ResponderEliminarPodría ser, Alejandra. Amor a primera escritura... pero qué difícil encontrar buenos escribientes de los que enamorarse. Puede que sea más fácil con la lectura.
ResponderEliminar¿Y quién necesita progresar si puede leer?
ResponderEliminarHermosa pieza,aunque te viste excluyente con los analfabetos,ellos sí ven las letras,no las leen.
ResponderEliminarOjalá y logremos enseñarles.
Tienes toda la razón, Carlos. También quedaron excluidos los que leen en otros alfabetos. Y, pobres, cuantas minusculeces se pierden.
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