
Tras el momento de ridícula tristeza por las
vírgulas abandonadas, las minúsculas se exponen a un todavía mayor ridículo decidiendo hacer suya la causa de los diminutos signos. A partir de ese momento les hace retratos, reparte folletos con la triste historia de las vírgulas entre las otras minúsculas ¡y hasta entre las mayúsculas trajeadas! No hay absurdo que la pequeña no sea capaz de cometer con tal de salvar los virgulinos (que es como los llama cariñosamente).
Pasado un tiempo, toda la página se ha enterado y conmovido con las diminutas y, a los pocos días, los "virgulinos" serán adoptados sin remedio por alguna minúscula piadosa que no tenga en ese momento su propia causa de vírgulas abandonadas que defender.
Y así van escribiéndose los finales felices las unas a las otras.
Sabes que me recuerdas un poco a Cortázar:)
ResponderEliminar(Seguro que has leído su historia de Cronopios, si no , t lo recomiendo)
Las minúsculas son de lo mejorcito que hay. Aparte de cariñosas, solidarias y comprometidas con los más débiles, hasta se escribien los finales felices las unas a las otras. ¿Habrá mayor prueba de amor que esa?
ResponderEliminarLo más... Esos preciosos "virgulinos" con un cálido hogar y el cariño de sus minúsculas correspondientes.
ResponderEliminarHay gente grande en este mundo, ami; muy grande a pesar de no encontrarse entre las mayúsculas prepotentes, porque si no fuera por esa minúscula amorosa y preocupada por sus semejantes, a saber qué hubiera sido de los pequeños.
¡Qué alegría!
Asi es la vida!.
ResponderEliminarAsí de risibles y patéticos nos comparotamentos tanto los minúsculos como los mayúsculos.. . me encanta este especie de género-fabula que has creado... saludos
ResponderEliminarEstán para darse una mano, para iluminarse las unas a las otras.
ResponderEliminarBesos virgulares.
Creo que acabará siendo ley de vida.
ResponderEliminarComo me gusta tanto tu blog te he dejado un premio en el mío para recojas, y respondas algunas preguntas. besos
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